Opinión

Momentum arte y salud

Momentum arts and health

DOI: 10.55783/comunidad.260206

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FECHA DE RECEPCIÓN: 24 de noviembre de 2023       FECHA DE ACEPTACIÓN: 27 de junio de 2024       EDITOR/A RESPONSABLE: Joan J. Paredes i Carbonell

Noemí Ávila Valdés. Departamento de Didáctica de las Artes, Lenguas y Educación Física. Universidad Complutense de Madrid. Madrid (España)

 

Para contactar:

Noemí Ávila Valdés. navila@ucm.es

Resumen

En 2019, la Organización Mundial de la Salud publicó el primer informe que recogía la evidencia científica sobre el potencial del arte en la salud. Participar en actividades artísticas mejora nuestra salud física y mental, mejora nuestro bienestar psicológico, fisiológico y social, e incide en la adopción de comportamientos más saludables y el desarrollo de habilidades para mejorar nuestra vida.

En 2023 la OMS publica un nuevo informe, en el que la Oficina Europea para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles (NCD), en colaboración con el programa Behavioural and Cultural Insights, se expone la necesidad de aprovechar este impulso creciente para generar redes de trabajo interdisciplinares (arte y salud), y apostar por políticas locales, regionales y nacionales.

Para mantener este impulso creciente es necesario concienciar sobre la validez de este enfoque en arte y salud, a través de la colaboración intersectorial, visibilizar buenas prácticas y capacitar a los profesionales.

Palabras clave: arte, salud pública, bienestar, políticas intersectoriales.

Abstract

In 2019, the World Health Organization published the first report that collated gathering scientific evidence on the potential benefits of art on health. Taking part in artistic and cultural activities enhances our physical and mental health, improves our psychological, physiological and social well-being and even impacts the adoption of healthier behaviours and honing of skills to enhance our lives.

In 2023, the WHO European Office for the Prevention and Control of Non-Communicable Diseases (NCD) in collaboration with the Behavioural and Cultural Insight programme published a new report. This emphasized the need to leverage this growing momentum by creating interdisciplinary networks (art and health) and advocating for local, regional and national policies.

Sustaining this growing momentum requires raised awareness about the validity of the art and health approach by means of intersectoral collaboration, showcasing best practices and professional training.

Keywords: Arts, Intersectoral Policies, Public Health, Well-Being.

Introducción

¿Qué significa momentum? Fuerza o impulso que se adquiere tras un esfuerzo continuo o una serie de hechos y circunstancias favorables.

Hace ya más de dos décadas que una floreciente base científica nos viene mostrando los efectos positivos de las artes en la salud y el bienestar. Pero es en 2019 cuando la Organización Mundial de la Salud publica el informe What is the evidence on the role of the arts in improving health and well-being? A scoping review1 y organiza toda esta base científica, en una revisión sistemática de más de 3.000 estudios de todo el mundo en los que se pone de manifiesto el rol de las artes y la cultura en relación con nuestra salud y bienestar. La conclusión es contundente: participar en actividades artísticas y culturales mejora nuestra salud física y mental. Las actividades artísticas pueden mejorar nuestro bienestar psicológico, fisiológico y social, y pueden incidir incluso en la adopción de comportamientos más saludables y el desarrollo de habilidades para mejorar nuestra vida. Y, además de esta evidencia, en este informe, la OMS recomienda incluir el arte y la cultura en los sistemas sanitarios.

Cuatro años después de este primer informe, en diciembre de 2023, la oficina de la OMS para la prevención y el control de enfermedades no transmisibles (NCD), junto con el programa Behavioural and Cultural Insights (BCI) convocan la reunión «Non Communicable Diseases: learning from the arts»2, en Budapest, para hacer visible que el campo del arte y la salud es realmente prometedor, y que son posibles, y necesarias, soluciones creativas e innovadoras para los desafíos complejos de salud.

Kremlin Wickramasinghe, asesor de la región europea de Nutrición en materia de actividad física y obesidad, y uno de los impulsores del encuentro, exponía cómo las enfermedades no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, cáncer, entre otras) son responsables del 90 % de todas las muertes en la región europea de la OMS y cómo las artes pueden proporcionar soluciones creativas para reducir la carga en los tratamientos y abordar soluciones desde la prevención. Entre estas soluciones, destacaba especialmente el poder de las artes para transmitir mensajes de salud de forma más efectiva, atendiendo al contexto, respondiendo a lo individual y a lo colectivo, incidiendo en los comportamientos, y reduciendo desigualdades sociales.

Nils Fietje, que forma parte del programa Behavioural and Cultural Insights de la OMS, y Jill Sonke, directora de investigación del centro Arts in Medicine de la Universidad de Florida, apuntan tres roles clave sobre el papel de las artes en la salud: el arte propone procesos no invasivos, de bajo riesgo, y de bajo coste2.Tres razones que hablan de la necesidad de que las artes puedan integrarse en el sector salud a través de distintas estrategias: desde intervenciones clínicas basadas en evidencias (terapia de artes creativas), hasta actividades de prevención, gestión y promoción en salud pública (cuando las artes se integran en intervenciones poblacionales o comunitarias), e incluso integrándose como elemento de prescripción social (arts on prescription).

Evidencias

Las evidencias son múltiples. Tenemos datos suficientes que corroboran que el arte funciona como una herramienta para la salud y el bienestar. Según Fancourt y Finn1, las actividades artísticas pueden considerarse intervenciones complejas y multimodales que combinan varios componentes (desarrollo estético, imaginación, activación sensorial, evocación de emociones y estimulación cognitiva). Estos componentes son capaces de activar una respuesta o reacción (individual o colectiva) en el terreno psicológico, fisiológico, social y del comportamiento. El grupo de investigación colaborador de la OMS del University College of London recoge, en otro informe más reciente3, el impacto que tiene el arte en la prevención, la promoción de la buena salud y en el tratamiento de enfermedades. Así pues, es necesario recetar o prescribir arte en todas las etapas de la vida: en la infancia para mejorar la autoestima, la concentración o evitar comportamientos poco saludables; en la etapa adulta, para evitar problemas de depresión o ansiedad y, por supuesto, con los mayores, como herramienta contra el deterioro cognitivo, el dolor crónico y para evitar la soledad no deseada o el aislamiento.

Pero, si bien es cierto que estamos ante un momentum de arte y salud, este enfoque continúa siendo relativamente desconocido para los agentes que deberían estar implicados. Artistas, profesionales y políticos no tienen una conciencia clara sobre las muchas formas y beneficios del arte y la salud. Por tanto, es necesario un ejercicio de concienciación, con diseño de campañas, argumentos sólidos, recursos y buenas prácticas que visibilicen este espacio híbrido del arte y la salud.

Políticas y acciones en marcha

En este sentido, ya tenemos políticas y programas integrales a escala nacional que nos permiten reforzar este enfoque y que comprometen políticas e inversiones a medio y largo plazo. Podríamos destacar, por ser una de las primeras en este sentido, la alianza parlamentaria All-Parliamentary Group on Arts, Health and Well-being4, que surge ya en 2014 en el Reino Unido. Se trata de un grupo mixto de parlamentarios con un interés compartido en el campo de las artes y la salud, y que tiene el objetivo de estimular y hacer realidad estos beneficios desde el ámbito político. O políticas y programas muy recientes como One Nation, One Project5, una iniciativa nacional en los Estados Unidos, que tiene como objetivo utilizar el arte para reparar y sanar el tejido social y las comunidades, un proyecto muy ambicioso que pretende unir artistas, y profesionales de la salud trabajando en lo local por el bienestar comunitario en todo el país. También podríamos mencionar los primeros pasos de la estrategia Arts on prescription6, desarrollada por la Northern Dimension Partnership on Culture en colaboración con la Northern Dimension Partnership in Public Health and Social Well-being, en los países de la región del mar Báltico.

Y, por supuesto, tenemos que destacar el trabajo del consorcio europeo Culture For Health7, que tiene como objetivo incluir el arte y la salud en el plan de acción y trabajo de la Unión Europea para los próximos años (2023-2027), abordar cuestiones fundamentales como la salud mental o los determinantes sociales en salud y estudiar los retos concretos para trabajar desde la cultura y la salud —como el envejecimiento de la población o la ciudadanía activa y comprometida—, o apoyar el bienestar de los jóvenes.

Y no tenemos que ir muy lejos para encontrar ejemplos brillantes del poder de las artes en la salud y el bienestar, y como el trabajo en el ámbito local contribuye a ampliar y consolidar este enfoque. Este es el caso de Madrid Salud, que, según la OMS, representa muchas de las consideraciones clave para el éxito en proyectos de arte y salud2. Hace ya doce años, gracias a un acuerdo de colaboración entre la Universidad Complutense de Madrid y el organismo autónomo Madrid Salud del Ayuntamiento de Madrid, estudiantes e investigadores de las artes y la educación artística, junto con profesionales de la salud comunitaria, comenzaron a impulsar intervenciones y proyectos conjuntos en la ciudad de Madrid8,9,10,11 desde un enfoque comunitario de participación a través del arte, principalmente en los barrios  (fiestas vecinales en Vallecas o en Villaverde, talleres de acuarela con mujeres en Usera, etc.)12.  Otros ejemplos y buenas prácticas del potencial de esta intersectorialidad en nuestro país los podemos encontrar en el mapeado de Culture For Health13, que recoge proyectos e intervenciones en Europa y que permite, además, entender la dimensión y el alcance que este enfoque está adquiriendo en los últimos años.

Pero en este momentum y florecimiento hay que ser conscientes de las dificultades que tienen este tipo de proyectos y programas para impulsarse y para que sean sostenibles en el tiempo. Bien es sabido que, para el sector de la salud, centrado en un modelo biomédico, los beneficios del arte y la cultura no están en la escala prioritaria de inversión, y, por otro lado, en el ámbito cultural, lo referente a la inversión en proyectos relacionados con bienestar y salud tampoco es prioritario. En esta tierra de nadie, es necesario apostar por financiaciones híbridas, que impliquen explícitamente profesionales e investigadores de ambos sectores con el fin de asegurar que este florecimiento en arte y salud se concrete en políticas y acciones concretas.

Conclusiones

El momentum de arte y salud está aquí, y desde los diferentes sectores (salud, arte, cultura, academia, investigación, política, bienestar, etc.) tenemos que aprovechar este momentum para hacer efectivas acciones de colaboración intersectorial. No podemos olvidar la naturaleza interdisciplinar en la que nos estamos moviendo; el arte y la salud pública son, de por sí, complejos, multidisciplinares y diversos, y por lo tanto tendremos que seguir colaborando desde esta complejidad14. La propia oficina europea de la OMS para la prevención y el control de enfermedades no transmisibles (NCD) propone crear una red de trabajo, similar a las otras cuatro que ya tiene en marcha (reducción de consumo de sal, restricciones de comida no saludable para niños, reducción de consumo de azúcares o actividad física), y que trabaje activamente en identificar nexos entre las artes y las enfermedades no transmisibles2.

En nuestro ámbito, la universidad, tenemos dos retos que abordar e impulsar: el primero, incorporar a los jóvenes estudiantes e investigadores en este campo profesional y de investigación cada más relevante, puesto que tal y como indica el informe de la OMS estos jóvenes son clave para garantizar el éxito en este sector del arte y la salud por su energía, iniciativa, capacidad de generar redes y su creatividad. Y, por otro lado, la universidad puede jugar un rol fundamental para capacitar a los artistas en ciertas áreas y temas de salud y, por supuesto, para capacitar a los profesionales de la salud, a su vez, para trabajar desde y con las artes2.

En cualquier caso, no desperdiciemos este momentum, este impulso, y trabajemos colaborativamente para que las artes sean una realidad en nuestra manera de comprender y abordar la salud.

Bibliografía

  1. Fancourt D, Finn S. What is the evidence on the role of the arts in improving health and well-being? A scoping review. Copenhagen: WHO Regional Office for Europe - Health Evidence Network (HEN) synthesis report 67; 2019.
  2. World Health Organization Regional Office for Europe. WHO expert meeting on prevention and control of noncommunicable diseases: learning from the arts [Internet]. [Consultado el 21 de diciembre de 2023]. Disponible en: https://iris.who.int/handle/10665/373900
  3. Fancourt D, Bone JK, Bu F, Mak HW, Bradbury A. The Impact of Arts and Cultural Engagement on Population Health: Findings from Major Cohort Studies in the UK and USA 2017-2022 [Internet]. Londres: UCL; 2023. [Consultado el 20 de noviembre de 2023]. Disponible en: https://sbbresearch.org/wp-content/uploads/2023/03/Arts-and-population-health-FINAL-March-2023.pdf
  4. All-Parlamentary Group in Arts, Health and Wellbeing [Internet]; 2014. [Consultado el 22 de noviembre de 2023]. Disponible en: https://www.culturehealthandwellbeing.org.uk/who-we-are/appg
  5. One Nation, One Project [Internet]; 2023. [Consultado el 22 de noviembre de 2023]. Disponible en: https://www.onenationoneproject.com
  6. Northern Dimension Partnership on Culture. Arts on prescription. [Internet]; 2023. [Consultado el 22 de noviembre de 2023] Disponible en: https://interreg-baltic.eu/project/arts-on-prescription/
  7. Culture For Health Report. Scoping review of culture, well-being, and health interventions and their evidence, impacts, challenges and policy recommendations for Europe [Internet]. Bruselas: Culture Action Europe; 2022. [Consultado el 20 de noviembre de 2023]. Disponible en: https://www.cultureforhealth.eu/app/uploads/2023/02/Final_C4H_FullReport_small.pdf
  8. Ávila N, Orellana A, Claver L, Segura J, Martínez M, Borrego O. Proyectos comunitarios: propuestas desde la promoción de la salud y la creación artística. Comunidad. 2016; 2(18): 3
  9. Ávila N, Orellana A, García M, Antúnez N, Claver D. Arte, salud y prevención: Primeras colaboraciones. Gaceta sanitaria. 2014; 28: 501-4.
  10. Ávila N, Claver D, Larraín A, Azcona C, Segura J, Martínez M. Art, health promotion and community health: constructing the Madrid Salud model. Journal Applied Arts and Health. 2019; 10(2): 203-17.
  11. Castillejo M, Fernández-Cedena J, Siles S, Claver D, Ávila N. Batas nómadas en Madrid Salud: el arte y los artistas en equipos profesionales de salud comunitaria. Gaceta sanitaria. 2018; 32(5): 466-72.
  12. Siles Moriana S, Higueras MC, Cedena JF, Vergara AL, Gómez CA. Prácticas artísticas en contextos de salud comunitaria: cinco experiencias de arte y salud en los centros municipales de salud comunitaria de Madrid. Arteterapia. 2020; 15: 135-46.
  13. Culture For Health Map and Database. [Internet]. Disponible en: https://www.cultureforhealth.eu/mapping/
  14. World Health Organization. Intersectoral action: the arts, health and well-being. Copenhage: WHO Regional Office for Europe [Internet]; 2019. [Consultado el 22 de noviembre de 2023]. Disponible en: https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/346537/WHO-EURO-2019-3578-43337-60798-eng.pdf

Comunidad. 2024;26(2):75-78

Cómo citar este artículo...

Ávila Valdés N. Momentum arte y salud. Comunidad. 2024;26(2):75-78. DOI: 10.55783/comunidad.260206

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