Introducción
Nuestras formas de vida están determinadas por una estructura social que condiciona nuestra forma de comer, de movernos, de relacionarnos y que tiene mucha relación con los sistemas de producción.
Objetivos
La pirámide de la salud integral de cuatro caras pretende presentar de manera sencilla y visual recomendaciones de salud en alimentación, actividad física y relaciones sociales, a la vez que muestra la relación entre ellas y con los modos de producción y consumo, viendo que lo más saludable para las personas es, además, lo más sostenible para el planeta.
Desarrollo
Las dos primeras caras, que son las de alimentación y actividad física, se han elaborado a partir de la pirámide de la Estrategia NAOS1,2, incluyendo en la actividad física el descanso como algo básico del cuidado del cuerpo. A estas se le ha añadido la cara de la sostenibilidad, promovida por la Fundación Internacional de la Dieta Mediterránea3. La cuarta cara es la de las relaciones sociales, valdría decir de la salud mental, diseñada específicamente para este proyecto y cuya metodología se explica4-6.
Contextos de uso
Se trata de un recurso que puede ser usado prácticamente en cualquier contexto comunitario, como una herramienta para sensibilizar sobre el concepto de salud integral y de la determinación social de las formas de vida.
Hasta ahora ha sido utilizada en contexto escolar (figura 1), en actividades comunitarias de calle, en grupos de alimentación y actividad física y en formación de profesionales. Es un recurso ameno, que genera interés y sorpresa al hacer la relación entre las diferentes caras. La profundidad del abordaje de los aspectos teóricos que subyacen a la pirámide variará según las características de la actividad.
Métodos
En la base de la cara de las relaciones se sitúa la importancia de la relación con uno mismo o una misma, el autoconocimiento, la aceptación y el autocuidado.
En el siguiente escalón, con frecuencia diaria, se propone tener, al menos, un contacto con alguien diferente a nuestro núcleo de convivencia (vecinos, comerciantes, etc.). Semanalmente, proponemos practicar una actividad de ocio o deporte grupal (con personas conocidas o no), alguna actividad de participación social (asociación, colectivo, asociación de madres y padres de alumnos [AMPA], etc.) y mantener una conversación en tiempo real con alguna persona significativa. Ocasionalmente, recomendamos relaciones virtuales, superficiales, intentando reducir actitudes intolerantes o críticas.
Por último, se presenta la cara de la sostenibilidad y se explica la relación entre las diferentes caras, desarrollando el concepto integral de salud, de lo biopsicosocial y de algunos determinantes sociales de la salud.
Permite reflexionar acerca de que, por ejemplo, comprar en la frutería de barrio implica no solo hablar con el tendero en lugar de coger la fruta de una nevera y envuelta en plástico, sino también que es más probable que se vaya andando en vez de ir en coche, lo que supone mayor actividad física y menor gasto de combustible. Además, se fomenta el comercio local, etc.
Evaluación
Se recomienda evaluación cualitativa a partir de expresiones de las personas participantes en relación con los siguientes ejes: comprensión de las recomendaciones, cambios en la vida cotidiana, relación entre las caras, determinación social y normalización de formas de vida no saludables.
Acceso al recurso
- URL: www.piramide.procc.org.
- Dirección de la entidad responsable: cml@procc.org.