Asensio López Santiago. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de La Unión. Murcia
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Resiliencia. Descubriendo las propias fortalezas. Aldo Melillo, Elbio Néstor Suárez Ojeda (compiladores). Barcelona: Paidós; 2001.
Según la edición número 23 (octubre de 2014) del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, resiliencia es «la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas». Incorporando como segunda acepción: «Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación».
Se trata de un concepto psicológico relativamente reciente en nuestro medio, incluso desconocido para algunos profesionales sanitarios, pero que ha acumulado multitud de estudios y publicaciones científicas desde mediados de los años ochenta. Es suficiente con introducir el término resiliencia en el buscador de la Biblioteca Nacional de Estados Unidos (PUBMED) para apreciar la importancia que tiene en la actualidad.
Los primeros estudios publicados sobre resiliencia surgen asociados a la respuesta de las personas y las comunidades a situaciones de conflictos sociales, catástrofes naturales o condiciones sociales y/o económicas de enorme adversidad. Las publicaciones iniciales se realizan lejos de la Europa Occidental, surgiendo estudios en las universidades de América Latina, Estados Unidos y países asiáticos. Sin embargo, estos últimos años han aparecido investigaciones en nuestro medio, vinculadas con la crisis económica.
Estamos ante un libro escrito hace una década (figura 1), pero en el que ya están establecidas las bases que definen y dan robustez científica al concepto de resiliencia. Se define en el texto como «un proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad». Esta definición contiene tres componentes: la noción de adversidad, trauma, riesgo o amenaza para el desarrollo humano; la adaptación positiva o superación de la diversidad, y el proceso que considera la interacción de los mecanismos emocionales, cognitivos y socioculturales que influyen sobre el desarrollo humano.
Los dos primeros capítulos se destinan a realizar la revisión del concepto de resiliencia y a establecer las bases para entender la respuesta del ser humano ante las situaciones de adversidad. En los restantes diez capítulos se exponen con detalle diferentes investigaciones sobre aplicaciones concretas de la resiliencia. Destacar entre ellos los referidos a «Una concepción de resiliencia comunitaria»; «Resiliencias familiares»; «Resiliencia y educación»; «Promoción de la resiliencia en la adolescencia»; «Resiliencia: una propuesta de investigación-acción para el desarrollo de estrategias educativas», o «Programas en salud mental comunitaria».
Aunque son ya muchos los textos que se han publicado en los últimos años sobre este mismo tema, nos encontramos ante una publicación de lectura fácil, elaborado con rigor y escrito por un conjunto de autores con experiencia clínica y en el desarrollo de programas comunitarios, que han sido capaces de elaborar unos capítulos precisos desde una perspectiva metodológica y prácticos por su proximidad a la realidad.
