Mª Cristina Rodríguez Caldero. Técnico del Servicio de Coordinación Sociosanitaria. Gerencia Regional de Salud de Castilla y León
Para contactar:
Mª Cristina Rodríguez Caldero: rodriguezcaldero.cristina@gmail.com
Los problemas de salud crónicos merman la calidad de vida de las personas y son causa de dificultades socioeconómicas tanto para los pacientes que los sufren, como para la sociedad en general. En este sentido, la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS)1, se diseñó en 2012 para facilitar el cambio del sistema sanitario, siempre fragmentado y orientado a enfermedades agudas, hacia una atención integral y global que responda a las necesidades, garantice la continuidad de los cuidados y favorezca la autonomía personal, sin perder de vista que la eficiencia es la base para la sostenibilidad del sistema de salud (tabla 1).
Tabla 1. Principios y motores principales del cambio del sistema de salud |
1. Las personas son el centro de la atención y, por tanto, los protagonistas de las decisiones sobre su salud 2. Enfoque de salud poblacional, con objetivos de salud y calidad de vida para sanos y enfermos 3. Abordar las necesidades de salud teniendo en cuenta el ciclo vital y los determinantes sociales de la salud, priorizando los grupos más vulnerables 4. Integración asistencial mediante la coordinación de estructuras y el desarrollo de procesos integrados que garanticen la continuidad de la atención 5. El equipo de Atención Primaria como eje de la atención a las personas con enfermedad crónica 6. Coordinación intersectorial entre el sistema sanitario y el social mediante actuaciones sinérgicas y simultáneas que aumenten la autonomía y la salud del paciente 7. Establecer de redes y alianzas entre profesionales de salud y toda la ciudadanía fomentando su participación activa para promover los cambios |
Fuente: elaboración propia a partir de la Estrategia de Atención a la Cronicidad del SNS. |
La Atención Primaria como eje de la atención del paciente crónico
Desde hace 40 años se considera fundamental la Atención Primaria por ser puerta de entrada al sistema de salud, resolver la mayoría de los problemas, la eficiencia demostrada, etc., a estas alturas todo el mundo está convencido de su importancia; todos, excepto tal vez, los propios profesionales de Atención Primaria.
El paciente crónico y pluripatológico tiene derecho a una atención minuciosa, a que se le asista con esmero en su domicilio cuando lo precise y a que se le informe y se le tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, en numerosas ocasiones los pacientes ya no son capaces de solicitar asistencia, no quieren tomar una decisión e incluso se olvidan o no recuerdan cómo hay que tomar la medicación prescrita. ¿Puede un médico de familia estar atento a estos asuntos cuando atiende 40 pacientes o más en un día de trabajo? Y me pregunto si tener acceso a más pruebas para que la Atención Primaria sea más resolutiva (una de las actuaciones de la estrategia) va a resolver el problema del tiempo para el estudio, el trabajo en equipo, la coordinación o la promoción de la salud, por no hablar de la formación, la docencia y la investigación.
El paradigma ha cambiado del curar al cuidar, y los profesionales de enfermería, que son los expertos en cuidados, resultan imprescindibles. Deben cuidar la salud física de las personas, pero también la salud psíquica y la emocional. Vigilar que la persona coma de forma saludable, mantenga una buena higiene y tome los medicamentos, enseñar a los cuidadores los síntomas y signos de alarma de enfermedades tan prevalentes como la diabetes o la insuficiencia cardiaca, etc. Tantas tareas por hacer... ¿Quedan huecos para comentar con el médico lo que les ocurre a los pacientes? Sin embargo, entre las competencias avanzadas de enfermería2 se encuentran las tareas de fomento de la comunicación y coordinación entre Atención Primaria y atención especializada.
Adaptar las formas de trabajo y los dispositivos asistenciales, así como desarrollar herramientas de ayuda, como las guías asistenciales y la historia clínica electrónica, son propuestas muy necesarias y pertinentes, pero ¿cómo disminuir la presión asistencial con pacientes cada vez más ancianos y más dependientes? Se me ocurre que si, en vez de comprar aparatos altamente tecnificados y muy caros, se dispusiera en cada equipo de Atención Primaria de un fisioterapeuta a tiempo completo que pudiera trabajar en un gimnasio del centro de salud y en el domicilio de aquellos pacientes que han sufrido una fractura de cadera o simplemente tienen artrosis en las rodillas desde hace años se haría un uso más racional de muchos medicamentos, se evitarían interconsultas, desplazamientos, fuga de profesionales, etc. ¿Tan complicado es probar?
¿Y por qué no hay un trabajador social en todos los centros de salud? Hay muchos problemas que condicionan la salud de las personas que no pueden resolver ni el médico ni la enfermera: vivir sola una persona en un pequeño municipio de 50, 100 o 200 habitantes y no tener conciencia de enfermedad, familias desestructuradas, niños con grandes discapacidades, hijos de personas con enfermedad mental crónica, viviendas insalubres, falta de recursos económicos, la violencia en el hogar, la tristeza, etc. ¿Qué puede hacer un trabajador social que atiende a 30.000 o más personas de varias zonas básicas de salud? Me resulta tan sorprendente que cualquier gran empresa del sector industrial tenga en su plantilla trabajadores sociales y, sin embargo, ¡el sistema sanitario no se percate del papel fundamental del trabajador social sanitario!
Las actividades comunitarias
Las enfermedades crónicas hacen imprescindible que se desarrollen las áreas de acción de la Carta de Ottawa de 1986. El paciente y sus familiares deben participar de forma activa en el mantenimiento y la mejora de la salud, pero esto no resulta nada fácil, porque los cauces suelen ser rígidos y la cultura del paternalismo en relación a la salud, continua muy arraigada. No obstante las asociaciones de pacientes y familiares cada vez están mejor organizadas y se está empezando a trazar un camino de diálogo permanente y formación conjunta que potenciará el autocuidado y la responsabilidad del paciente, lo que finalmente puede reorientar los servicios sanitarios hacia la promoción de la salud y la equidad.
La Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el SNS presenta 101 recomendaciones consensuadas por grandes expertos y sociedades científicas que están basadas en las mejores evidencias científicas. Todas ellas me parecen de gran interés y recomiendo a cualquier persona que las estudie cuidadosamente; lo malo es que con los años… me he vuelto un tanto escéptica.
Bibliografía
- Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el Sistema Nacional de salud. [Internet]. Madrid: Sanidad; 2012. [Consulta el 22 de abril de 2015]. Disponible en: http://www.saludcastillayleon.es/profesionales/es/coordinacion-sociosanitaria/planes-sociosanitarios-estrategias/estrategias
- Junta de Castilla y León. Estrategia de Atención al Paciente Crónico en Castilla y León. [Internet]. Sanidad de Castilla y León (SACYL); 2013. [Consulta el 26 de abril de 2015]. Disponible en: http://www.anesm.org/wp-content/uploads/2014/11/Estrategia-Atencion-Paciente-Cronico-CyL.pdf