Originales

El mapa del barrio, un espacio donde expresar emociones y compartir activos para la salud

Jara Cubillo Llanes. Centro de Salud Leganés Norte, Leganés. Madrid

M.a Dolores Zamanillo Zamanillo. Centro Madrid Salud de Latina. Servicio de Prevención y Promoción de la Salud. Madrid Salud. Madrid

Mercedes Campillos Alonso. Centro Madrid Salud de Latina. Servicio de Prevención y Promoción de la Salud. Madrid Salud. Ayuntamiento de Madrid

M.a José Sanz Rodríguez. Centro Madrid Salud de Latina. Servicio de Prevención y Promoción de la Salud. Madrid Salud. Ayuntamiento de Madrid

Luis Javier Alonso Cañete. Centro Madrid Salud de Latina. Servicio de Prevención y Promoción de la Salud. Madrid Salud. Ayuntamiento de Madrid

Gema Casero Celis. Asociación Plan Comunitario de Carabanchel Alto, Madrid

Resumen

Las emociones son un lenguaje común que todos entendemos y podemos identificar y asociar a situaciones y lugares concretos. Las zonas de los barrios en los que vivimos nos producen diferentes emociones, por diferentes motivos, en muchas ocasiones emociones positivas asociadas a activos para la salud, que podemos localizar y compartir en un mapa.

Objetivos. Visibilizar la expresión y opinión sobre las emociones que desencadenan los espacios del barrio en las personas que lo habitan o trabajan en él.

Métodos. Se confeccionan dos mapas de emociones, uno con técnicos y otro con ciudadanía. La actividad consiste en la identificación, en un mapa del barrio, de diferentes emociones y la causa o historia que hay detrás. Se hace un análisis cuantitativo y cualitativo por zonas y por emociones.

Resultados. La alegría se relaciona con los espacios naturales, las actividades de ocio y el tiempo libre, los recursos culturales y deportivos y las redes de trabajo locales. La rabia se relaciona con la contaminación, el deterioro del barrio, la suciedad y la pobreza. El miedo se relaciona con personas sin hogar, la violencia, el tráfico de drogas y el mal estado de las aceras. La amistad se relaciona con los lugares de reunión.

Conclusiones. Un mapa emocional es una herramienta que facilita la participación y nos permite visibilizar la expresión y opinión sobre las emociones que desencadenan los espacios del barrio en las personas que lo habitan o trabajan en él. Se combinan de forma natural los modelos basados en activos y en déficits, pudiendo ser un primer paso para un análisis e intervención posterior.

Palabras clave: investigación participativa basada en la comunidad, emociones, mapas, redes comunitarias.

Artículo publicado en marzo de 2018 en la sección Originales

 

 

INTRODUCCIÓN

En septiembre de 2016 se pone en marcha en el Barrio de Puerta del Ángel, del distrito Latina de la ciudad de Madrid, la iniciativa Mapeando Puerta del Ángel1, un proceso participativo de mapeo de activos para la salud (AS) que tiene como objetivo identificar y visibilizar dichos activos y reforzar el trabajo comunitario que se viene desarrollando en el territorio.

Las emociones son alteraciones del ánimo intensas y pasajeras, agradables o penosas, que las personas experimentan en múltiples ocasiones a lo largo de su vida. Hablar de las emociones es hablar un lenguaje común, comprensible y compartido, emociones que se pueden identificar y asociar a situaciones y lugares concretos. Los espacios de los barrios en los que vive la gente producen diferentes emociones, por diferentes motivos, en muchas ocasiones emociones positivas que pueden estar asociadas a activos para la salud y que se pueden localizar y compartir en un mapa.

También se pueden localizar en un mapa los AS, factores o recursos que mejoran la capacidad de las personas y las comunidades para mantener y conservar la salud y el bienestar2. En la teoría salutogénica3 se pone el énfasis en el origen de la salud y el bienestar, estando su percepción relacionada con el sentido de la coherencia: comprender, manejar y encontrar significado a la vida.

En el modelo basado en el déficit, se parte de las necesidades y problemas que se resuelven mediante un recurso profesional que en muchas ocasiones depende del sistema sanitario, mientras que en el modelo basado en activos se parte de las capacidades y habilidades de las personas y las comunidades que buscan soluciones positivas que les fortalezcan, poniendo en valor las relaciones sociales4. Ambos modelos son complementarios y necesarios a la hora de aproximarnos a la realidad de un barrio e iniciar intervenciones comunitarias.

Para la identificación de AS se usan diferentes técnicas5 de investigación cualitativa, cuantitativa y mixta, siendo necesario emplear varias de estas técnicas para conseguir identificar diversos activos para la salud6.

Ya hay experiencias de trabajo con mapas mudos7,8 para localizar, de forma participada durante reuniones o paseos, diferentes AS en un territorio determinado. También existen iniciativas cuyo objetivo es explorar las emociones que surgen en diferentes espacios, ya sea dentro de una ciudad como Madrid9, un barrio como Manhattan10 o el propio cuerpo11. Combinando ambas técnicas se pueden elaborar mapas emocionales que permitan explorar, a través de las emociones, esos factores o recursos que hay en los barrios que generan bienestar, sin perder de vista los déficits o problemas.

Numerosos estudios han establecido que las emociones preparan a los individuos para enfrentar los desafíos que se presentan en el ambiente ajustando sus comportamientos12,13. Los preparan para reaccionar rápidamente ante los peligros, pero también ante cualquier oportunidad que ofrezca el entorno, como una interacción social placentera.

Según la teoría salutogénica3, los recursos generales de resistencia proceden del propio individuo, de los recursos disponibles en su entorno y de sus relaciones sociales y emocionales14. Por eso, para actuar en los barrios es necesario trabajar con las riquezas de las personas y el patrimonio del lugar15, pero también con las relaciones sociales y emocionales.

OBJETIVOS

  • Visibilizar la expresión y opinión sobre las emociones que desencadenan los espacios del barrio en las personas que lo habitan o trabajan en él.
  • Analizar la identificación de las emociones y sus causas como un elemento facilitador para la identificación de activos y déficits de un territorio.
  • Crear un espacio participativo, de reflexión conjunta, en el que compartir vivencias y saberes del barrio.

MÉTODOS

Puerta del Ángel es un barrio del distrito Latina de la ciudad de Madrid que cuenta con 41.000 habitantes, de los que el 21% son mayores de 65 años. En el barrio hay un 11,19% de paro registrado y vive un 16% de población extranjera, según datos del Ayuntamiento de Madrid16.

En septiembre de 2016, impulsado por el Centro Municipal de Salud de Latina y con el apoyo de Mapeando Carabanchel Alto17, se pone en marcha la iniciativa Mapeando Puerta del Ángel1, con el objetivo de identificar y visibilizar los AS del barrio y reforzar el trabajo comunitario que se viene desarrollando en el territorio. En este proyecto participa principalmente personal técnico (de diferentes fundaciones, Cruz Roja, centros de día, salud pública, planes comunitarios, etc.), pero también directoras y coordinadoras (de centros sanitarios, centros de mayores, Cáritas…) y ciudadanía (vecinas, foros locales, asociaciones de migrantes…).

El mapa emocional (ME)9 es una herramienta de participación en la que las personas pueden expresar emociones que han sentido en el barrio. A cada tipo de emoción se le asocia un color diferente, con una leyenda previamente diseñada, y se invita a que se haga una breve explicación de la causa de esa emoción («¿Por qué este lugar me genera alegría o tristeza?»). Las emociones se localizan en un mapa mudo del barrio y posteriormente se analiza de forma cuantitativa (número y tipo de emociones) y cualitativa (textos que explican las causas de las emociones).

En esta ocasión se emplearon pósits de colores asociando cada color con una emoción (figura 1): azul-tristeza, rojo-rabia, amarillo-alegría, morado-miedo, rosa-amistad, blanco-otras emociones. Cuando una persona expresaba una emoción sentida en un lugar concreto del barrio, esa emoción se localizaba en el mapa y se ponía en ese sitio el pósit del color que correspondía y en el pósit se escribía el motivo o la historia de esa emoción surgida en ese lugar.

Se realizaron dos ME (figura 2): el primero de ellos el 10 de noviembre de 2016 durante una capacitación sobre mapeo de activos para la salud en el Centro Municipal de Salud de Latina, con personal técnico de diferentes perfiles profesionales que trabajan en el barrio y que participan en Mapeando Puerta del Ángel. Se hizo una convocatoria abierta por correo electrónico, redes sociales y teléfono.

Figura 1. Leyenda del mapa emocional

Figura 2. Esquema de la metodología de realización y análisis de los mapas emocionales

 

 

En este primer ME participaron 22 personas, de las cuales 19 fueron mujeres y 3 hombres. La media de edad de los participantes fue de 40 años. Las profesiones de las participantes fueron: 6 trabajadoras sociales, 4 enfermeras, 3 psicólogas, 2 educadoras, 2 técnicas comunitarias, 1 auxiliar sanitario, 1 mediadora, 1 médica de familia y 1 bibliotecaria.

El segundo mapeo se hizo la mañana del 8 de marzo de 2017, en la plaza del barrio Huarte de San Juan, durante una intervención comunitaria con diversas actividades para conmemorar el día de la mujer (figura 3). La intervención se organizó en colaboración con otras entidades que trabajan en el barrio, y que también participan en el proceso de mapeo de AS. Esta actividad era abierta y no precisaba inscripción previa, estaba dirigida a todos los vecinos que quisieron participar. En la elaboración de este ME participaron 50 personas, principalmente mujeres, de las que no se recogieron datos sociodemográficos.

Figura 3. Mapa emocional durante las actividades del 8 marzo

 

Se analizaron ambos mapas de dos maneras diferentes. En primer lugar, identificando áreas y espacios con características comunes y con emociones similares. Y en segundo lugar analizando los textos que acompañaban a cada una de las emociones (figura 2).

Posteriormente se compararon los espacios identificados con las emociones de alegría y amistad con el mapa de AS de Puerta del Ángel18 (elaborado los meses previos mediante información en bases de datos, entrevistas a informadores clave, sociogramas y fotovoz), para valorar la posibilidad de incorporar algunos de estos espacios al mismo.

RESULTADOS

Análisis de los mapas según zonas del barrio

Analizando cómo se distribuyen las emociones en el barrio, no se observan diferencias entre el mapa generado por los vecinos y el hecho por los técnicos. En ambos se identifican claramente cuatro zonas territoriales (figura 4): dos de color predominante amarillo (alegría), que corresponden con los dos grandes espacios verdes del barrio; otra zona en la que hay gran diversidad de colores, que se localiza alrededor de la arteria principal del barrio, y otra zona donde predominan los colores rojo, azul y morado (rabia, tristeza y miedo, respectivamente) y que corresponde con un área más deteriorada. El análisis según las cuatro zonas es el siguiente:

Zona 1: Casa de Campo

Alegría: lugar de ocio y disfrute, donde pasear, jugar y hacer deporte (piragüismo, ciclismo…). La diversidad de árboles, el aire puro y la naturaleza.

Amor, amistad: el mercado de productos ecológicos, la escuela de hostelería y los buenos recuerdos de cuando se realizaban las fiestas del Partido Comunista Español (PCE).

Rabia: prostitución.

Zona 2: Madrid Río (figura 5)

Alegría: montar en bici, paseos con la familia, patinar («Montar en bici por Madrid Río me da alegría los domingos»).

Amistad: sala La Riviera: conciertos, amigos.

Miedo: personas sin hogar, de albergues, deambulando.

Zona 3: Eje del paseo del Alto de Extremadura

Rabia: contaminación visual y acústica, estrés, polución, ruido, suciedad. Coches mal aparcados.

Alegría: los centros de día, centros culturales y deportivos. Zona comercial del barrio por donde pasear y encontrarse con gente.

Amistad: recuerdos de la infancia.

Tristeza: personas mayores que viven solas, con aspecto deteriorado, personas mayores cuidadoras, personas mayores dependientes.

Zona 4: Eje plaza Santa Teresita y calle Sepúlveda

Rabia: infravivienda, pobreza, tráfico, drogas, violencia, suciedad, deterioro de la zona, zona sin metro.

Miedo: tráfico de drogas, miedo a caerse por el mal estado de las aceras.

Tristeza: calles solitarias.

Figura 4. Mapa emocional zonificado

Figura 5. Madrid Río

 

Análisis de los mapas por emociones

Se analiza de forma general cuáles son los espacios del barrio y las causas que se asocian a cada una de las cuatro emociones predominantes (alegría, miedo, rabia y amistad), encontrándose algunas diferencias en los discursos de los vecinos, que viven en el barrio, y de los técnicos, que trabajan en el barrio. Los vecinos relacionan las emociones con actividades cotidianas de ocio, compras y deporte, mientras que las historias de los técnicos tienen más que ver con actividades y espacios laborales.

La alegría. Está relacionada principalmente con los espacios de naturaleza, las actividades de ocio y tiempo libre, los recursos culturales y deportivos, el pasear por los comercios. Importante señalar la alegría que causa el compañerismo al acudir al centro de día. Las vecinas destacaron la alegría que produce el que haya redes trabajando en el barrio poniendo en valor sus activos.

La rabia. Está relacionada con los altos índices de contaminación, el deterioro del barrio, la suciedad y la pobreza de las personas mayores. También señalar la rabia en la zona del río por los problemas entre paseantes y bicis.

El miedo. Está relacionado con ver a personas sin hogar, la violencia, el tráfico de drogas, posibles caídas al pasear por el mal estado de las aceras levantadas.

La amistad. Está relacionada con los lugares de reunión, donde se fomentan las relaciones sociales; ejemplo: el mercado de productos ecológicos, la escuela de hostelería, las reuniones del 15 M, zonas verdes amplias, y los buenos recuerdos de las fiestas locales.

Llama la atención cómo algunos espacios concretos pueden generar diferentes emociones. Así, el CEIP Joaquín Dicenta produce alegría («me encanta trabajar allí») y a la vez rabia («cuando la gente tira la toalla»), o una calle genera rabia por «la contaminación visual y acústica», pero también alegría porque al ser una calle muy concurrida es «un lugar de encuentro con los amigos». También se observa cómo un lugar puede desencadenar una misma emoción por motivos muy diversos.

Al comparar los espacios relacionados con la alegría y la amistad en el ME con el mapa de activos de Puerta del Ángel, se observó que la mayoría ya habían sido identificados como AS con otras metodologías e incorporados al mapa de activos de Puerta del Ángel, especialmente los activos institucionales y dotacionales (como el centro de día, centros deportivos y parques). Otros espacios identificados con estas emociones, como el mercado de productos ecológicos, fueron consensuados posteriormente por los participantes de la iniciativa Mapeando Puerta del Ángel y se incorporaron en su mapa de activos como un AS comunitario. Finalmente, espacios más intangibles identificados con la alegría y la amistad, aunque hubo consenso en que se trataban de AS, no se pudieron geolocalizar por su naturaleza (recuerdos de la infancia, fiestas de hace 20 años, reuniones del 15 M, etc.).

DISCUSIÓN

Trabajar con las emociones es un facilitador de la participación, ya que se trata de conceptos que todos manejamos y aporta una perspectiva de equidad en los procesos de identificación de AS.

En la intervención que se llevó a cabo con la ciudadanía, al ser un espacio de participación abierto, hubo momentos en que la demanda de participación se incrementó de forma importante y, si esta no era atendida, se perdía la fluidez de la dinámica, lo que generaba barreras en la participación. La alta participación también complicó la tarea de recoger los datos sociodemográficos de quienes participaron e hizo necesaria la retirada de algunos pósits durante la actividad para no saturar el mapa y poder visualizar las referencias geográficas del mismo.

Estos son algunos de los motivos por los que consideramos necesario elaborar un protocolo o sugerencias para la utilización de los ME dentro de un ciclo de intervención comunitaria19, que tenga en cuenta qué es lo que queremos conseguir, cómo vamos a recoger y analizar la información, qué indicadores cuantitativos y cualitativos usaremos que nos permitan evaluar la consecución de nuestros objetivos y hacer propuestas de mejora. Alguna de las sugerencias para la fase de recogida de la información sería preguntar a las personas participantes si los lugares señalados con las emociones alegría y amistad generan bienestar o mejoran su salud, de esta forma se podría conocer mejor la asociación entre estas emociones y los AS, una línea de investigación que pensamos sería interesante desarrollar. También se facilitaría el análisis de la información si en los pósits se identificara el lugar exacto en el que se localizan en el mapa, ya que a veces los pósits se caen o hay que quitarlos para que otras personas puedan participar, así que en ocasiones es muy difícil saber posteriormente dónde estaban colocados.

Al realizar el ME en dos contextos muy diferentes (un aula de formación con 22 técnicos y una plaza del barrio durante una intervención con otras entidades), fuimos conscientes de la necesidad de adaptar esta herramienta de identificación de emociones ligadas a espacios del barrio a los diferentes momentos, lugares y participantes. Replicar la intervención en diferentes contextos podría dar una visión más amplia y generar un conocimiento más diverso del barrio, e incluso visibilizar diferentes realidades de un territorio.

Pensamos que es muy importante tener en cuenta el espacio físico en el que se va a hacer la actividad, el horario, el contexto en el que se enmarca, las características de los participantes y su conocimiento del territorio, el enfoque de equidad20 (teniendo presentes los diferentes ejes de desigualdad: género, edad, clase social, diversidad funcional, creencias, etc.), el lenguaje y los canales de difusión, el personal necesario y los recursos materiales para llevarlo a cabo.

Hemos podido comprobar cómo con los ME se comparten de forma natural los modelos basados en activos y en déficits3,4. De una forma muy gráfica podemos ver los problemas y las fortalezas de un territorio y reflexionar sobre si los activos identificados pueden dar respuesta o ayudar a transformar los problemas del barrio.

Un ME, en el contexto de un proceso participativo de mapeo de activos, permite visibilizar cómo es sentido el barrio por las personas que viven en él de una forma dinámica. Durante el proceso creativo del ME, la ciudadanía puede participar aportando sus propias emociones, pero también puede simplemente acercarse y observar qué es lo que sienten sus vecinas y vecinos y en qué espacios concretos. De esta forma se produce un intercambio de experiencias y vivencias entre las diferentes personas que se acercan al mapa, llegando, en muchas ocasiones, a hacerse recomendaciones de AS unos a otros.

Quizá este tipo de dinámicas puedan servir para sacar los programas de prescripción social de las consultas, implicando a otros ámbitos, además del sanitario, lo que se ha visto que mejora el éxito de los mismos21. Recomendar activos no es una actividad exclusiva de los profesionales sociosanitarios, la ciudadanía lo hace con frecuencia y lo pueden hacer más y mejor si creamos espacios de reflexión en los que compartir experiencias y saberes. Pensamos que favorecer el debate y el intercambio de AS durante este tipo de dinámicas, e incluso posteriormente, y recoger y analizar esta información podría enriquecer mucho el proceso y mejorar el capital social en los barrios, con el efecto que esto tendría sobre la salud individual de sus vecinos22-24.

Reconocer y favorecer los elementos del capital social presentes en una comunidad resulta fundamental para potenciar la participación activa de sus integrantes en el camino de la promoción de salud25.

CONCLUSIONES

  • Los ME nos permiten visibilizar de una forma muy sencilla y gráfica la expresión y opinión sobre las emociones que desencadenan los espacios del barrio en las personas que lo habitan o trabajan en él.
  • Se han encontrado emociones expresadas por las personas consultadas que podrían ser identificadas como factores que pueden influir en el estado de ánimo y la percepción de salud.
  • La identificación de estas emociones, y sus causas, puede facilitar la identificación de activos y problemas de una determinada zona, combinando de forma natural los modelos basados en activos y en déficits.
  • Un ME es una herramienta que facilita la participación de la ciudadanía, generando un espacio que permite compartir vivencias y saberes de los barrios.
  • Generar un ME de forma participativa puede ser un primer paso para hacer un diagnóstico de un territorio y poner en marcha intervenciones que mejoren los barrios, la vida y el estado emocional y de bienestar de sus vecinos y vecinas.

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