Asensio López Santiago. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de La Unión. Murcia
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Asensio López Santiago: alopez@semfyc.es
Vamos a permitirnos una leve licencia literaria en la presentación de este número de la revista Comunidad. Celebramos este año el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y estamos asistiendo a un conjunto de celebraciones y conmemoraciones en recuerdo y reconocimiento de su obra. Coincidiendo con el popular Día del Libro, decidí participar del mismo comprando la versión de Don Quijote de la Mancha presentada como «edición popular y de referencia filológica a un tiempo» y editada por la Real Academia de la Lengua Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, de 2015.
Esta edición incorpora un conjunto de estudios sobre la obra, de los cuales quiero destacar uno que me trajo al recuerdo de manera inmediata los contenidos de la mayoría de los artículos incluidos en este número de Comunidad. Se trata del estudio Visión y dicción. Cuatro siglos de modernidad novelística, escrito por Darío Villanueva. Entre los argumentos esgrimidos para destacar la originalidad de Don Quijote de la Mancha, toma como referencia una idea esencial que acontece en todo el desarrollo de la obra. Se trata de una novela, tal vez la primera de las novelas, en la que la realidad de los personajes, la profundidad y la psicología de los personajes, está construida a través de «los diálogos». Los diálogos, el diálogo, se convierten en el eje esencial para recrear la fantasía quijotesca y resulta fundamental como estructura y elemento para acercarse y conocer la condición más profunda de la condición humana. Villanueva toma esta idea del análisis de la obra que realiza Ortega y Gasset en Meditaciones del Quijote.
Volviendo a los contenidos de este número de la revista, podemos leer cómo Amando Martín Zurro nos invita a realizar un diálogo entre los principios y fundamentos que dieron origen a la Atención Primaria y los elementos que deben definir el presente y el futuro para poder dar respuestas a las auténticas necesidades de nuestros ciudadanos. Estas reflexiones se complementan con la entrevista a Andreu Segura, que expresa con toda contundencia la importancia del trabajo intersectorial como vía esencial para ofrecer más y mejor salud a la población. En definitiva, se trata de una apuesta por el diálogo entre instituciones y estructuras sociales y políticas determinantes para la salud.
El diálogo sigue presente en el resto de trabajos originales de esta edición. El diálogo por medio de las nuevas tecnologías de la comunicación para conseguir una mejor aproximación a las personas y a los diferentes colectivos sociales. El diálogo con los profesionales, para conocer sus necesidades y expectativas en su relación con los colectivos sociales que sufren en silencio, en este caso las mujeres maltratadas por la violencia de género. También, el diálogo como herramienta para generar cambios en los profesionales sanitarios y favorecer que rompan con los modelos arcaicos de entender la salud y su relación con las personas.
Recordando las palabras de Ortega, «que el imaginario de don Quijote no nos haga perder la realidad de la obra». En definitiva, que la pasión y los mundos anhelados de la comunitaria no nos hagan confundir la realidad y pretendamos que todos nuestros iguales «luchen contra los molinos». Establezcamos un diálogo con la realidad.
Asensio López
Director de Comunidad